Partido tras partido, temporada tras temporada, ciclo tras ciclo… Si hay alguna cosa que no cambie con el paso de los años es la capacidad mágica de Leo Messi para maravillarnos. El argentino domina todas las facetas del juego, acelera o temporiza; se asocia o dribla; aparca o enciende, todo lo hace según lo que pida la jugada, o mejor dicho, lo que su prodigioso y laberíntico cerebro le haga entender, pues existen los futbolistas y, en una categoría aparte, Messi.
Después de tan brillante despliegue de arte, ahora toca hablar de la versión más depredadora de Leo, el guarismo preferido del animal: los goles. El rosarino se ha consagrado a lo largo de su trayectoria como un futbolista tan voraz de cara a puerta como brillante a la hora de sacar del sombrero asistencias inverosímiles y crear juego. Los acumula de todas las formas: en progresión individual desde el centro del campo, desde una banda, desde la otra; tras combinar con uno, dos o n compañeros; en plan de nueve tradicional, rompiendo al espacio, aprovechando arrastres, irrumpiendo a primer palo, retrasando su posición para que la defensa entera se vuelque contra la línea en el repliegue; con chut furioso de empeine frontal, acariciando con el interior zurdo (¿o con el diestro?, también); con el parietal de uno y otro lado, con la frente, con los castaños cabellos; sentando al portero de todas las maneras: gambeta, sombrero, finta y amague; entrando a puerta caminando, desde la frontal de la pequeña, desde la frontal de la grande; desde el spot, con barrera al palo del portero, con barrera al palo de la barrera, con barrera por debajo de la barrera; ajustando a la base de uno u otro poste, surcando los ángulos, por el medio; cruzando o abriendo la bota; de billarista con el larguero, de pinbolista con los palos; de primeras, con control orientado y chut, con control y regate(s) y chut (1, 2 y 3); con pelota en el césped, botando o de volea; anecdóticos, trascendentales, importantes, in-extremis, de récord; creando piezas, interpretando o robando autorías; colosales, bonitos, inversemblantes y hasta feos o normales… de todo hay en la viña goleadora de Lionel.
Esa manera tan especial de relacionarse con la portería de Messi es la que una temporada más le vuelve a llevar al Olimpo de los goleadores. El argentino, con sus 37 goles en liga en la pasada temporada 2016-17, ha recibido este viernes en la Antigua Fàbrica Damm la Bota de Oro, que le acredita por cuarta ocasión en su carrera como el devorador de mundos por excelencia en el firmamento futbolístico.
En el curso actual, el genio rosarino ya acumula 12 goles que lo lanzan hacia una nueva consagración y este sábado 2 de diciembre vuelve a presentar sus virtudes en sociedad, cuando el líder Barcelona reciba a al Celta de Vigo en uno de los platillos estelares de la fecha 14 de LaLiga Santander. Un partido en el que además Messi ofrecerá su nueva Bota de Oro ante el Camp Nou.
Para agigantar aún más su leyenda goleadora, qué mejor marco para Messi que el de el enfrentamiento ante un equipo que suele asumir riesgos en el Camp Nou. En los últimos dos cursos, el cuadro gallego se ha llevado nada más y nada menos que la friolera de 11 goles del coloso de Les Corts. En esa coyuntura, el 10 del Barça encuentra un ambiente propicio para volvernos a encandilar con su recital de creaciones y con su idilio con la red.
Por todo esto, no puedes perderte esta nueva cita mágica con el arte del argentino, que tiene todas las posibilidades de ofrecernos su galardón con un nuevo banquete goleador sólo apto para los grandes comensales. Un banquete tan grande como el que Footy Legend te trae con el catering absoluto de la experiencia VIP & Hospitality en el recinto blaugrana.
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